Calais,
puerto frontera entre Francia e Inglaterra, es uno de los espejos que
nos reflejan la miseria que nuestro sistema ha creado en el mundo.
Más
de 500.000 migrantes, la mayoría provenientes de países destrozados por
nuestra ambición política y económica a lo largo de la historia, llegan a
Europa cada año huyendo de la miseria y la injusticia que se vive en su
tierra.
Europa, tiene obligación de responder a ésta situación ofreciendo
asilo a las gentes cuya vida corre riesgo en sus países de origen, sin
embargo, la respuesta generalizada, especialmente evidente en las
ciudades puerta a la zona Schengen como es Calais, es de una violencia
sistemática, tanto física como psicológica.
Una tortura que le invita a
irse por su propio pie ejecutada por agentes de todos los niveles de
nuestra sistema, desde el ciudadano, atemorizado por la existencia de
leyes xenófobas, pasando por toda la variedad de autoridades hasta
llegar al gobierno.
El trabajo, desde el 2009, de los activistas No
Borders de Calais Migrant Solidarity, denuncia ésta ausencia de
responsabilidad y derechos humanos a través del dossier: "Calais this
border kills" (Calais ésta frontera mata), en el que se recogen
testimonios y evidencias, en distintos formatos audiovisuales, con la
intención visibilizar la situación.